Baby Steps

BABY STEPS

¡Jamie, mira hacia acá! Jamie —llamó Tom, usando una mano para sostener firmemente la cámara, mientras la otra saludaba a su hija, quien en esos momentos estaba de pie en sus piernas tambaleantes. Bill la sostenía, sujetando sus manos.

Ella se mecía de adelante hacia atrás, y golpeaba los piecitos incansablemente, y chillaba hacia Tom, señalando la cámara. Tom sabía que ella estaba más interesada en obtener ese objeto extraño en lugar de hacer lo que sus ansiosos padres querían que hiciera.

Bueno, por lo menos te está mirando. —Bill soltó una risita, mientras balanceaba a su pequeña hijita, quien lucía como si estuviera a punto de hacer una pirueta a propósito, mientras lo tenía a él sosteniéndole las manitos por encima. Era una escena adorable de ver; su pequeña hijita tan ansiosa de patear sus piernitas por todas partes, como si quisiera bailar, pero aun así dudaba en lo referente a dar sus primeros pasos. 

Habían estado haciendo turnos para caminar con ella por la casa, sosteniéndola firmemente, por supuesto. Y a ella parecía encantarle eso, algunas veces ella caminaba mucho más rápido para el gusto de los grandes. No es que no les gustara su progreso, pero tenían miedo de que accidentalmente la soltaran o la hicieran tropezar. Ellos no querían que su primera experiencia al caminar la dejara con un trauma.

Sí, y luce genial —respondió Tom e hizo un zoom al lente, enfocando los rostros de ambos, su esposo y su hija, mientras se reían y se divertían—. ¡Y de verdad quiero grabar sus primeros pasos!

Bill de verdad quería que su pequeña caminara sola —que diera sus primeros pasos. Por supuesto que Tom también lo deseaba, pero él no creía que debían obligarla, pasaría cuando tuviera que pasar.

Su esposo, por otro lado, estaba en desacuerdo. Él no quería que ella se levantara y lo hiciera por sí misma, sin supervisión, porque para empezar, no estarían ahí para grabar el momento y segundo, no estarían ahí para evitar que algo malo le pasara. No, si iba a caminar, Bill quería estar ahí con ella.

Tom pensó que era adorable que su esposo fuera tan devoto de su hija. Por supuesto que él también lo era. ¿Por qué no lo sería? Jamie era lo mejor que le había pasado a él, que le había pasado a ellos. Ella era todo lo que quería y más. Ella le había dado mucho más significado a su vida. Y ella tenía tantas facetas; era bulliciosa, energética, un poco salvaje y algunas veces incontrolable, igual que Bill. Pero por otro lado era cuidadosa y parecía pensar las cosas antes de hacerlas, un rasgo que era muy típico de Tom.

Ella era un encanto, lo mejor que les pudo pasar a los dos. Algunas veces, Tom sentía que iba a explotar por el amor abrumante que sentía por ella y por el temor que sentía a menudo de que algo malo le pudiera suceder. Era muy agotador, pero valía la pena.

Aw, la pequeñita luce exhausta ahora —anunció Bill, levantándola en sus brazos, haciendo una pequeña mueca cuando ella puso las manitos en su cara y un dedo, accidentalmente tiró de su septum—. Es hora de su siesta.

Yo puedo acostarla —dijo Tom, bajando la cámara y caminando hacia sus dos amores—. Tú tienes una reunión en treinta minutos.

Podría cancelarla —protestó Bill, haciendo un puchero, mientras le entregaba Jamie a Tom a regañadientes, sujetando todavía su manito y besando su frente antes de separarse—. Odio tener que trabajar.

Tom oyó la tristeza en la voz de Bill y su corazón se rompió un poquito. Nunca era fácil dejar a Jamie para ir a trabajar, especialmente porque lo único que ambos querían era pasar todo el día con ella.

Pero lamentablemente, la empresa en la que trabajaban, no permitió que ambos tuvieran el permiso de maternidad al mismo tiempo. Así que ahora era Bill el que estaba trabajando y él estaría afuera otros tres meses y luego, cuando esos tres meses terminaran, sería Tom el que tuviera que ir a trabajar y Bill se quedaría en casa con Jamie. Bill estaba muy ansioso por que llegara ese momento, pero Tom no. Entendía que era el turno de Bill para quedarse en casa con ella —de verdad lo entendía, pero sabía que sería difícil volver a trabajar a su aburrida oficina, especialmente después de haberse acostumbrado tanto a ver y cuidar a su hijita todo el día.

Pero uno de los dos tiene que hacerlo —dijo Tom mientras mecía gentilmente a Jamie, quien de inmediato comenzó a jugar con su cabello, levantando la cabecita y abriendo la boca, para intentar morder una trenza—. Y sólo te quedan dos cortos meses, entonces podrás quedarte todo el tiempo con ella —agregó mientras tenía una pequeña batalla con ella, tratando de sacarle el cabello de la boca. Para cuando tuvo éxito, Jamie le estaba mostrando una expresión ofendida y Tom se rió un poco. Pese a que no era su hija biológica, ella tenía bastante de los dos, y cada vez que se sentía insultada u ofendida, ella de verdad, lucía muy parecida a Bill. Pero, por supuesto, Tom no había dicho eso en voz alta.

Lo sé —Bill suspiró, haciendo cosquillas en el piecito de Jamie, haciéndola chillar fuerte y dejando que lo pateara después—. Bueno, mejor me voy a arreglar —agregó, sin hacer ningún esfuerzo por irse. Todavía estaba de pie allí, haciéndole caras divertidas a Jamie, quien intentaba hacer lo mismo, pero siempre termina haciendo muecas completamente adorables.

Bill —dijo Tom con tono estricto y Bill suspiró, derrotado. Le dio a ambos, a Tom y Jamie, un beso antes de ir a la habitación y arreglarse para un nuevo día de trabajo.

&

Mientras Bill estaba en el trabajo, Tom y Jamie lo pasaron muy bien.

Una vez que Bill se fue, Tom acostó a Jamie para que durmiera la siesta y decidió tomar una siesta también. Ella todavía dormía en la misma habitación de ellos. Habían intentado hacer que durmiera en su propio cuarto, pero ella simplemente se negó y los mantenía despiertos toda la noche con sus llantos y, aunque la gente les decía que era normal, y que se suponía que sería así por un tiempo, y que no deberían rendirse —ellos se rindieron.

Pero también tenían una muy buena razón. Cuando Jamie lloraba, no podían dormir, y si no dormían, Bill tenía un día horrible en la oficina y Tom no podía con toda la energía y las travesuras que Jamie hacía por la tarde. Así que si básicamente Jamie dormía en su habitación, todos tenían una buena noche de sueño y todos eran felices.

Después de su siesta, era hora de almorzar. Lo que significaba que Jamie haría que Tom pasara treinta minutos tratando de alimentarla, mientras él se olvidaba por completo de su propia comida. No es que ella fuera tan difícil, sólo encontraba divertido voltear la cara cada vez que Tom la hacía comer. Y cuando la comida, accidentalmente aterrizaba en su mejilla, ella la quitaba y luego se limpiaba las manos en las mangas de Tom. Eso la hacía reír y hacía que Tom negara con la cabeza. Nadie podría decir que Jamie no tenía personalidad.

Después del almuerzo y de un paseo por el parque para respirar aire fresco, Tom y Jamie estaban ocupados caminando por la casa, lo que significaba que Jamie trataba de caminar desesperadamente mientras Tom sostenía sus manos por encima de su cabeza y de vez en cuando la confortaba cuando tropezaba con sus piernas temblorosas.

Tom amaba caminar por los alrededores con ella, pero le preocupaba, uno de sus grandes temores era que ella terminara caminando sola y que Bill no estuviera allí para verla. Sabía que probablemente lo dejaría devastado. Pero ¿qué se supone que debería hacer cuando su hija era tan incansable y quería hacer uno o tres viajes por la casa, riendo, chillando y pasándolo bien? Él obviamente, no tenía el corazón para ignorar eso.

Además, él disfrutaba de eso tanto como ella.

&

Cuando finalmente Bill regresó a casa del trabajo, ambos, Tom y Jamie, estaban exhaustos después de su largo día, lleno de diferentes actividades, incluyendo una guerra de comida, una mini rabieta, seguida de un corto descanso donde vieron caricaturas en la tele y luego sus caminatas por la casa.

Hola —gritó Bill cuando entró—. ¿Llevaste a caminar al perro? —gritó cuando su otro bebé lo atacó en el corredor, lamiendo ansioso sus pies.

Sí —respondió Tom, sabiendo que su perrito no estaba exactamente muy feliz por el hecho de que ahora había alguien más en la casa que conseguía más atención que él y Bill insistía en que lo incluyeran en tantas actividades como pudieran.

¿Fueron al parque? —Preguntó Bill, mientras se sentaba en el sillón junto a Tom y se inclinaba por un beso o dos.

Lo hicimos —respondió Tom—, aunque él lo pasó mejor que Jamie, ella se quedó dormida de inmediato.

Oh —Bill rió y le dio otro beso a Tom—. Bueno, ella tiene razón, el parque es aburrido.

Tom sólo rodó los ojos, negando con la cabeza—. Supongo. ¿Y cómo estuvo tu día? —Preguntó a Bill, quien había ido donde Jamie, sacándola del corralito. Ella lucía genuinamente feliz de ver a su otro papá.

Bien —contestó Bill, dándole un beso a Jamie en la cabeza—. Conseguí otro caso, otra demanda judicial y blah, blah, blah. Pero en todo lo que pensaba era en volver a casa con ustedes dos.

Aaww, nosotros también te extrañamos —dijo Tom como un arrullo—. ¿No es así, Jamie?

Jamie balbuceó muy fuerte y Bill consideró eso como un sí.

&

¡Oh, Dios mío! —Gritó Tom, mientras Jamie literalmente se soltaba de sus manos y caminaba sola —por primera vez—. Bill, ven aquí rápido ¡y trae la cámara!

Oh, Dios mío. —Tom escuchó el chillido de su esposo, seguido de varios sonidos fuertes que venían de la cocina, lo que significaba que Bill estaba tan estresado buscando la cámara que seguro había botado algunas cosas.

Ya voy —gritó Bill y Tom pudo escuchar sus fuertes pasos—. ¡No te muevas! Por favor, Dios, no te muevas. Necesito ver esto. Necesito grabarlo —gritó histérico y literalmente arrojó la cámara una vez que llegó a la sala y vio a su hija, felizmente caminando solita, por primera vez, con Tom siguiéndola de cerca, por supuesto.

Jamie —Bill la arrulló emocionado, sonando como si estuviera a punto de romper a llorar—. Está caminando, Tom, está caminando —saltó de arriba abajo.

Lo sé —Tom chilló de vuelta, muy emocionado, pero también extremadamente asustado, se negaba a dejar que se alejara mucho caminando sola, todavía la seguía muy de cerca, en caso de que cayera—. ¿Por qué no estás grabando?

Cierto. —Bill sacudió la cabeza y tomó la cámara con dedos temblorosos—. Está bien, ¿cómo lo hago? —Murmuró para sí mismo y Tom le dio unas breves instrucciones sobre los botones y después de algunas torpezas y malos entendidos, Bill pareció entender su uso y, eventualmente, lograron grabar los primeros pasos de su hija.

Jamie, no tan… —Pero antes de que pudieran decir algo, Jamie se puso un poquito ansiosa y accidentalmente, se tropezó. No cayó al suelo, porque Tom estaba ahí para atraparla de inmediato, pero sí se golpeó el brazo y el hombro izquierdo contra la mesa de madera y comenzó a gritar a todo pulmón.

No, no, no te preocupes —dijo Tom, mientras la recogía y la abrazaba a su pecho—. Estás bien, estás bien —dijo y trató de confortarla.

Oh, mi pequeña bebita —dijo Bill y arrojó la cámara al sillón—. Está bien. ¿No está hinchado, verdad? —Preguntó y le subió las mangas, para ver si había algún rasguño, pero no había, sólo un par de arañazos aquí y ahí, lo cual era totalmente normal, pero aparte de eso, ella parecía estar bien.

Ambos pensaron que ella sólo estaba enojada y tal vez un poco asustada por casi caer y también su hombro le dolía un poco, pero lamentablemente no había nada que ellos pudieran hacer, sino tratar de confortarla tanto como pudieran.

Ella continuó llorando por poco más de una hora y ambos estaban empezando a perder la cabeza.

Okey, tal vez tenga algo realmente malo —dijo Tom con los ojos aterrados—. ¿Qué tal si está realmente lastimada?

Voy a llamar a nuestro doctor —dijo Bill, con la voz casi quebrada. Ya habían intentado de todo, la alimentaron, la mecieron de un lado a otro como cuando lloraba así, la cambiaron y hasta trataron de seguir uno de los consejos de la abuela de Tom, quien les dijo que literalmente la pusieran en su cunita y la dejaran llorar hasta que parara ella sola (pero ellos simplemente no podían hacerlo, no cuando su bebita estaba sufriendo)

Lo habían hecho todo y ella no había parado de  llorar.

Y era una tortura. No querían que su bebita sufriera.

En este punto, Tom estaba luchando con sus propias lágrimas. Estaba caminando por el corredor, mientras sostenía dulcemente a una Jamie que todavía lloraba, mientras Bill estaba en la otra habitación, al teléfono con el doctor.

Sí, ya le hemos tomado la temperatura —dijo Bill con impaciencia y tuvo que describir en detalle lo que pasaba —otra vez— a su doctor—. Sí, ya lo hemos hecho. Sí. Está bien. Sí.

¿Qué dijo el doctor? —Preguntó Tom inmediatamente cuando Bill salió de la habitación luciendo descompuesto y cabreado al mismo tiempo.

Dijo que… no le pasaba nada malo —respondió Bill, acariciando la espalda de Jamie—. Que probablemente se golpeó y está tratando de decirnos algo, pero que bueno… en este punto… como lo puso el doctor… está actuando como un bebé y tendremos que esperar hasta que pare.

Deberíamos conseguir otro doctor —dijo Tom con firmeza mientras le pasaba la niña a Bill. Necesitaba descansar sus brazos—. Nunca antes ha llorado tanto. Debe tener algo. ¡Estoy muy asustado de que esté realmente lastimada!

Bien, si no deja de llorar en una hora, llamaré a emergencias —anunció Bill, mirando preocupado hacia abajo, a su bebé que ahora gritaba—. Independiente de lo que él piense.

Afortunadamente, después de treinta minutos más de tratar de encontrar una forma para que su hija dejara de llorar, Bill y Tom decidieron que necesitaban con desesperación irse a la cama. Ya estaban listos para la noche, habían sacado a su perro a su paseo de la tarde y gatearon en la cama. Tom dejó que Jamie durmiera —o más bien que continuara gritando— encima de su pecho, pasando los brazos alrededor de ella. Bill había leído online que algunas veces, sostener al bebé contra tu pecho en movimiento, los calmaba. Y como ya no les quedaban opciones, lo intentaron.

Y milagrosamente, después de unos minutos, su llanto se calmó, al principio sólo escucharon sus leves sollozos y, después de un rato, se quedó dormida.

Les tomó toda su fuerza de voluntad, no chillar de gusto. Amaban a su pequeña hijita con todo su corazón, pero justo en esos instantes, estaban jodidamente felices de que finalmente se hubiera quedado dormida. Y con suerte, dormiría al menos cinco horas antes de que los volviera a despertar.

Dios, hasta mis orejas transpiran —susurró Tom—. ¿Debería esperar un rato antes de ponerla en su cuna?

Hazlo ahora —respondió Bill, después de considerarlo seriamente—, estoy seguro que está tan cansada como nosotros.

Tom la puso en su cunita y volvió con Bill, acurrucándose junto a su esposo, entrelazando sus dedos.

Vaya que día —concluyó Bill, bostezando—. Sus primeros pasos y su primera… Jesús, ni siquiera sé cómo llamarle a eso.

Tom río—. Al menos dio sus primeros pasos. De verdad, estoy muy orgulloso de ella.

Sí, yo también —dijo Bill sonriendo, mientras enterraba su cara en el cuello de Tom—. Y lo tengo todo grabado.

Bien. —Tom sonrió—. Estaba preocupado de que no lo consiguiéramos.

Lo tenemos —Bill repitió y luego, mostró otra sonrisa—, aunque tenemos que cortar esa parte donde ella empieza a llorar.

Nah —Tom negó con la cabeza—. Cuando sea mayor y se queje porque los bebés lloran sin razón, se lo podemos mostrar.

Eres malo, no puedes hacerle eso a tu propia hija —Bill se rió, cubriendo completamente su boca, asustado de que su hija pudiera despertar. Rápidamente miró hacia la cuna y afortunadamente ella seguía profundamente dormida.

¿Supongo que tu risa significa que piensas que es un gran plan?

Creo que es un gran plan, sí.

Bien. —Tom rió y le dio a Bill otro beso dulce—. Okey, es hora de dormir. Te amo.

Yo también te amo. —Bill bostezó, sonriendo feliz mientras cerraba los ojos.

Segundos más tarde, ambos estaban profundamente dormidos. Estaban tan exhaustos que podrían haber dormido por horas.

Mala suerte que Jamie despertara tres horas después.

&    Fin parte 3   &

¿Y qué les pareció? ¿Quién quiere leer el one-shot de San Valentín? Crazy4Bill y yo, MizukyChan, estaremos pendientes de la serie para seguir traduciéndola para ustedes. Gracias por la visita y no olviden dejar un comentario. Si quieres volver a leer la serie completa, pincha Aquí

MizukyChan: Administradora del sitio. También escritora y traductora del fandom.

1 Comment

  1. Vida de padres, dulcemente hermosa y desesperante a la vez…
    Gracias chicas por traducir tan maravillosa serie, ojalá y continúe.
    💐💐💐💐💐

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